Barcino, la fundación de la Barcelona romana
Barcino, la fundación de la Barcelona romana

En el año 218 a.C en plena guerra púnica, Cneo Cornelio Escipión y sus tropas desembarcan en Emporion (colonia griega), con el objetivo de frenar el avance de los cartagineses. Sin perder tiempo y en un intento de adelantarse al invierno, descienden por el litoral, que ya por aquel entonces tenía una población diferenciada de la que vivía en la actual Gerona. Sin embargo, no lo consiguen y se ven obligados a establecer su campamento en la futura Tarraco (Tarragona).

Llegada de los romanos a las costas de Tabarnia

Las tropas dirigidas por Cnco Cornelio Escipión no pueden aguantar durante mucho tiempo las embestidas del ejército cartaginés que se ha quedado en la península. Roma envía entonces a Publio Cornelio, hermano de Cneo, en su ayuda. Las luchas son duras y cruentas y, en el año 211 a.C., los dos hermanos mueren en combate, Roma no puede admitir tal derrota y ordena a Escipión el Africano, hijo de Publio Cornelio, llegar y vencer. Y lo cumple. En el año 209 a.C, derrota a los cartagineses y conquista su capital, Cartago Nova (actual Cartagena). Sin embargo, el hijo del proconsul fallecido no se detiene ante tal importante conquista. Sabe que, si no derrota definitivamente al enemigo, éste se repondrá y volverá a atacar.

En el año 206 a.C, Escipión el Africano expulsa a los cartagineses de la península Ibérica y abre el proceso de romanización de la zona conquistada. Una vez finalizada la contienda los romanos se ven obligados a afrontar diversos levantamientos indígenas siendo su principal tarea consolidar las zonas conquistadas y abortar esos levantamientos.

Tarraco capital del imperio romano durante dos años

Dividen el territorio en dos zonas: la Hispania Ulterior, zona sur de la península, y la Hispania Citerior, los territorios al norte del río Ebro. Augusto, que marca el fin de la República y el inició del Imperio, realiza una reforma administrativa y crea una nueva provincia imperial, la Tarraconensis. La ciudad de Tarraco, inicialmente Cesse (ciudad de los iberos costeanos), había sido reconocida por Julio César como colonia en el año 45 a.C. y le había concedido el título de colonia Iulia Urbs Triumphalis Tarraconensis. Pero su máximo esplendor llega en el 26 a.C., cuando el emperador Augusto se instala en ella durante dos años.

La ciudad de Tarragona tendrá todos los componentes de una gran capital romana: templos, teatros, circo, muralla, puerto, anfiteatro, acueductos, fuentes, palacios, etc. Si nunca la has visitado te recomendamos que la visites, por muy lejos que vivas pide por ejemplo un microcrédito a Moneezy y escápate a hacer una visita, la merece.

El emperador convierte Tarraco en la capital de la provincia Tarraconensis. Bajo el dominio de Augusto, se busca crear una red de protección del territorio entre Tarraco y Emporion. Para ello los romanos fundan pequeñas colonias que más que nuevas ciudades se parecen más a grandes campamentos del Ejército. Ilerda (Lérida), Baetulo (Badalona) y Gerunda ( Gerona) son claros ejemplos de esta red de fortificaciones crea das ex novo para la vigilancia del territorio.

Fundación de Barcino, la Barcelona romana

Tras rastrear zonas para establecer estas ciudades fortificadas el ejército romano llega a un lugar por el que,en principio, no pasa ninguna ruta romana hacia el norte y donde vive un pueblo humilde junto a una pequeña loma a orillas del Mediterráneo.

Hacia el siglo I a.C, llegan a Barkenos, la ciudad de los layetanos. El lugar les parece interesante para fundar una guarnición y así lo hacen. Se establecen a orillas del mar, bajo la montaña de Montjuïc y junto a la desembocadura del río Lubricatus (Llobregat). La situación elegida les permite establecer un buen puerto, con una protección natural como es la pequeña montaña, para propiciar las comunicaciones marítimas y facilitar la llegada de las provisiones. Sin embargo con el transcurrir de los años las malas condiciones de salubridad que provocan los continuos estancamientos de agua en la desembocadura del río y los problemas que también conllevan en el transporte marítimo hacen que los romanos decidan establecerse en otro lugar, cercano y más seguro.

Hace tiempo que han estudiado otra loma de dimensiones no muy grandes, situada más al centro de la gran planicie y con mejores condiciones defensivas: La futura Barcino. Ese será el nacimiento de una ciudad que será llamada a pasar a la historia de España y del mundo. El primer asentamiento se dará en el montículo llamado Mont Taber.

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