Tabarnia vuelve a ser objetivo prioritario para los CDR, los GAAR y la ANC. Saben que sus llamadas a la movilización no tendrán seguimiento entre los tabarneses y pretenden forzarnos a paralizar nuestra vida cotidiana con lo único que saben utilizar: la violencia.

Tal como habían ido anunciando en los últimos meses, los separatistas “trasladarán la acción política a la calle”, es decir, que tomarán por la fuerza las ciudades y las vías de comunicación. A partir de mañana advierten que se inicia un «nuevo ciclo de movilizaciones» para «detener todo en defensa de la soberanía y la autodeterminación». Así lo anunció anoche el diputado Carles Riera (CUP) en un acto en el teatro Polioroma ante unos 700 independentistas.

«Debemos ser nosotros los que juzguemos sentencia, no el Estado”.

Aunque el punto de partida serán las movilizaciones enfocadas en el 21-D, el interés irá creciendo conforme se acerque el juicio a los golpistas en prisión preventiva en Lledoners, así como a los fugados.

Las intervenciones desde el escenario del teatro estuvieran llenas de llamamientos a la lucha y a tomar las calles de Cataluña, pero según se desprende de los mapas que han distribuido, sobre todo pretenden paralizar Tabarnia. La exdiputada y una de las encausadas al Supremo, Mireia Boya, amenazó diciendo que “debemos ser nosotros los que juzguemos sentencia, no el Estado”.

En el acto de ayer incluyeron la lectura de una carta de la exdiputada Anna Gabriel, fugada en Suiza, que fue leída por la periodista Nazaret Farré. El exdiputado David Fernández, acusó al España de no ser una democracia y la tachó de “rancia” (en contraposición con la modernidad de la CUP). Anna Gabriel animó al final de la carta al alzamiento separatista como sinónimo de «vida». Entre los participantes también estaba el exdiputado Benet Salellas, que acusó a España de ser un estado franquista y recordó al bueno de Companys. Salellas, sin embargo, advertía: «De esta represión haremos un bumerán político».

Nacen los Grupos Autónomos de Acción Rápida (GAAR)

Acaba de surgir un grupo todavía más radical que los Comités de Defensa de la República (CDR) y Arran, los GAAR. Se trata de grupos de ultras expertos en acosar a las Fuerzas de Seguridad en carreteras y vías de tren para que no puedan acceder a otros focos de disturbios.

En pocos días han llegado a 6.000 miembros en redes sociales y prometen que “arderá Cataluña”. Pretenden cortar el AVE, la AP-7 y otras vías de comunicación vitales para la región, pero especialmente centrados en Tabarnia, sobre todo en el área de Barcelona.