
Poco más de una semana ha esperado la Generalitat de Cataluña para castigar el voto masivo contra la independencia en Barcelona y su área metropolitana el pasado 27S. Esta vez le ha tocado el turno a los más débiles: los niños. Concretamente a más de 4000 niños del área metropolitana de Barcelona que dejarán de recibir las becas de comedor al reducir la Generalitat de Cataluña la dotación que se destinaba a este fin a la mitad.
El Consell Comarcal del Baix Llobregat pasará de recibir 517.554 euros a solo 266.616 euros. Totalmente insuficiente. Se da la circunstancia que este curso se ha batido el récord de solicitudes de ayudas de comedor con más de 11.000. Hasta el día de hoy solo había garantizadas 5.147 becas.

Cartel de 2015.
Más de 2.000 niños y niñas dependen de las becas para poder comer, pues pertenecen a familias que sin reunir las condiciones para recibir la ayuda sí están casi al borde de la pobreza. El 55% de esas familias necesitan ayudas de los servicios sociales municipales. El Consell Comarcal del Baix Llobregat ha manifestado que “esta dotación es del todo insuficiente para cubrir la demanda de becas de comedor” pues esta comarca es una de las más pobres de Cataluña.
Los padres y madres de estos 4000 niños están pasando días muy duros.
Esta noticia se ha sabido el mismo día que la Generalitat ha anunciado que dedicará de manera urgente una partida destinada a impartir cursos de “catalanidad” a los inmigrantes sirios expatriados y para “sensibilizarles” en la “cuestión catalana”. El trabajo se ha encargado al Consorcio para la Normalización Lingüística que se encargará también de enseñar “la lengua del país” la lengua catalana (no la castellana que por lo que se ve no debe ser lengua o no se debe hablar en el “país”). Al ser preguntado el consejero de Cultura de la Generalitat, Ferran Mascarell, si en esos cursos de integración se les iba a enseñar lengua española se ha limitado a sonreir.
También se ha sabido hoy que Inés Arrimadas, como jefe de la oposición y por primera vez en la historia, renuncia desde el primer día a sus complementos salariales, a su coche oficial y a sus asesores, cosa que no hizo Oriol Junqueras cuando era (supuestamente) jefe de la oposición durante el gobierno de su compañero de candidatura Artur Mas.
Todos los que vivimos en Barcelona, Tarragona y sus área metropolitanas cada vez tenemos más razones para decir adiós a Lazitania, a la Generalitat y a sus políticos separatistas y un gran ¡hola! a la futura comunidad autónoma de Tabarnia.
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