En los círculos empresariales de Barcelona no deja de repetirse este comentario: “los independentistas van en serio, o hacemos algo ya o Barcelona se va a ver arrastrada a una situación que daña irreparablemente sus intereses. Lo vamos a pagar todos muy caro”. Y es que la cosa tiene visos de acabar en tragedia, la coalición soberanista de Convergencia-ERC-CUP parece que va a por todas, y en los próximos meses puede haber el mayor desafío al estado desde el 23F.

La solución no es buena, ni es fácil, pero es la única: crear una nueva comunidad autónoma con Barcelona y su área metropolitana, de tal manera que al menos este territorio que engloba a la inmensa mayoría de la industria, las empresas y aglutina el voto no separatista quede a salvo de las consecuencias de las consecuencias de este gobierno irresponsable.”  Esto es lo que afirma L.G.P, un portavoz de la Plataforma por la Autonomía de Tabarnia, que no quiere hacer público su nombre porque regenta un céntrico restaurante de la ciudad condal. “Ya sufrí represalias en el pasado por tener el rótulo en castellano, no quiero volver a pasar por este tipo de cosas” declara en su defensa.

Crisis en Cataluña

Esta semana se ha sabido que las agencias internacionales han rebajado la nota a la deuda de Cataluña igualándola al bono basura, mientras curiosamente han revalorizado la deuda del conjunto del Estado. Y es que Cataluña afronta una de las crisis políticas más graves de su historia moderna, sin presidentes en realidad, con una Convergencia enfrascada en múltiples casos de corrupción, una ERC que ha perdido una oportunidad de oro de gobernar Cataluña y una CUP más radicalizada que nunca.

Ayer pudimos ver por primera vez en la historia una manifestación a favor de una autonomía propia para Tabarnia. Una “solución” que muchos ven como la única y desesperada salida posible. Es cierto que las expectativas levantadas hacían pensar que se superarían varios millares de asistentes, aunque se quedaron en unas 2000 personas que se mezclaron con el resto de convocatorias. “Es un comienzo, la próxima vez seremos más” afirmaba una vecina del Eixample. Al fin y al cabo la decisión de festejar el 12 de octubre se hizo con menos de una semana de antelación.

Los partidos y empresas dan su apoyo moral pero piden discreción

El problema es que en el núcleo inicial de la plataforma hay discrepancias. En las reuniones quienes representan a empresas con sede en Barcelona quieren secretismo, opacidad y un proceso tan rápido como sea posible, en cambio quienes vienen del área metropolitana exigen que se les incluya en una hipotética Barcelona independiente. Son muchos los vecinos del Vallès que asisten a las reuniones, pero tampoco son pocos los que se han desplazado desde Tarragona. Son estos los más interesados en la denominada “Tabarnia”, un neologismo que intenta definir a aquellos territorios de Tarragona-Barcelona de clara mayoría no secesionista, y que podría dar nombre a la nueva comunidad autónoma.

El éxito de las propuestas de esta plataforma tan heterogénea depende en buena medida de los gestos de los partidos políticos, que por el momento parecen no querer entrar en el debate. “Algunos nos han dado su apoyo desde el principio, y no hablo de cargos pequeños hablo de peces gordos, pero siempre de tapadillo, como no queriendo espantar al electorado del resto de Cataluña” afirma L.G.P.

La evolución la veremos en los próximos meses, pero la consigna para salvar Barcelona es clara “hay que organizarse y rápido”.

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